El ecosistema mediático que rodea a los estudiantes actuales ha desarrollado en ellos una conciencia fundamentalmente diferente a las generaciones precedentes, el uso de las redes sociales, la lectura y escritura en los celulares, la búsqueda de información on line, estimula diferentes neuronas y zonas corticales que el uso de los elementos de escolarizaciones previas: el libro, la tiza y el cuaderno. Esta nueva matriz cultural les permite hacer y estar en varios momentos y lugares al mismo tiempo, a la vez que transforma su atención y formas de vincularse con los contenidos y aprendizajes propuestos. Su propia identidad se construye entre las manifestaciones físicas y virtuales.
En su formación no se puede perder de vista que existen enormes cantidades de información a su disposición, creciendo los espacios informales de aprendizaje, y con ello, disminuyendo la relevancia de los espacios formales y los formatos tradicionales de enseñanza. Se construyen y desarrollan comunidades de aprendizaje donde se construyen nuevas estrategias de aprendizaje autónomo.
Como docentes no podemos escapar a esta realidad, y mucho menos en un contexto post-pandémico, donde los entornos virtuales transformaron los propios vínculos entre docentes, estudiantes y sociedad, poniendo en tención las estrategias y metodologías previas a la pandemia. Si antes de esta experiencia se estaban viviendo transformaciones paulatinas, la situación de aislamiento obligó a cuestionar cómo lograr experiencias de aprendizaje significativo y duradero en estudiantes sumergidos en espacios híbridos de aprendizaje, donde la virtualidad es cada vez más el espacio ideal para desarrollar experiencias y aprendizajes en variedad de campos temáticos.
Surge en este contexto como opción pedagógica la educación transmedial que brinda espacio para la innovación mientras respeta la diversidad de personas que se mueven en las instituciones. La educación transmedia es una praxis por medio de la cual se planifica e implementan experiencias educativas donde los aprendizajes y contenidos curriculares son planteados como un universo narrativo expandido a través de diversos medios y lenguajes y enriquecido con el contenido generado por estudiantes y docentes. En este sentido, la posibilidad que brinda la educación transmedia para contrarrestar la automatización de la recepción vuelve a la escuela un lugar estratégico en el actual ecosistema mediático invitando al diálogo, a la participación y a la co-construcción.
Entender a la docencia con esta mirada puesta en el estudiante y en la facilitación de su proceso de aprendizaje, parte del reconocimiento que no hay una receta que se pueda aplicar en todos los contextos y con todos los estudiantes, ya que cada estudiante es único. Pero sí se puede planificar (diseñar) diferentes posibilidades para responder a las necesidades que identifiquemos en ellos, permitiéndoles compartir sus ideas y construir aprendizajes significativos para sí mismo y los demás
El presente artículo desarrolla una propuesta didáctica transmedial, que apunta a generar proyectos de aprendizaje transversal, donde el docente tome el rol de guía y acompañamiento, posicionándose como curador de contenidos, diseñador de experiencias motivadoras de aprendizaje y facilitador del acto educativo. En esta propuesta de trabajo la cultura maker se constituye en una opción que permite desafíar las capacidades de los jóvenes en la construcción colaborativa de narrativas digitales con expansiones transmediales o multimediales, que les permitan construir sus propios recorridos de aprendizaje según su diversidad, intereses y capacidades.